Presuntos remanentes de sendero luminoso que aún pululan en el valle del Alto Huallaga dieron muerte a Jhon Ignacio Encarnación Deza (28) la tarde de ayer 09 de mayo, en el centro poblado de Pucayacu, distante a 74 kilómetros al norte de Tingo María en Huánuco.
Familiares del infortunado campesino que deja un pequeño hijo en orfandad, señalan que aproximadamente a las 06 de la tarde de este lunes, un grupo indeterminado de personas al parecer fuertemente armados llegaron hasta el caserío de caimito, donde vivía la víctima y sin mediar palabra procedieron a amarrarlo para luego conducirlo caminando hasta el puente de Pucayacu, donde le acuchillaron en la zona yugular y le ultimaron con un disparo de escopeta de retrocarga.
La madrugada del lunes 02 de mayo también fue asesinado en el mismo lugar y de igual forma, Juan Carlos Romero Rojas. Ambas víctimas, según rumorean los curiosos es que habrían pertenecido al grupo de senderistas que lideraba Mario Sifuentes Sandoval, camarada “Sergio” quien fue capturado por la Policía Nacional en diciembre último, y que se dedicaban a cobrar “cupos” a nombre “del partido” y no lo “centralizaban” a la cúpula liderada por el temido camarada “Artemio”, jefe del comité regional Huallaga.
Este servicio de noticias fue el primer medio de comunicación que llegó al lugar de los hechos y comprobó que Encarnación Deza estaba atado de las manos; y presentaba heridas de bala en el rostro y de arma blanca en el cuerpo, lo que hacía suponer el ensañamiento con que actuaron sus asesinos. Coincidentemente durante la noche los sediciosos regaron volantes senderistas en la carretera Fernando Belaúnde Terry así como también colocaron trapos rojos en algunos árboles que se encuentran cerca de la misma vía.
El fiscal mixto Ricardo Agüero Coral llegó hasta el lugar de los hechos, junto con la Policía Nacional para realizar las pesquisas y l posterior levantamiento del cadáver. Finalmente se ordenó que el infortunado joven sea trasladado a la morgue de Aucayacu y la investigación de este horrendo crimen que conmociona a la población del Alto Huallaga, que ve con mucha preocupación estos hechos de violencia.
Lamentablemente tenemos que publicar este tipo de noticias. Ojalá esta ola de violencia que vive el Alto Huallaga termine. Tenemos imágenes más fuertes que para no herir las susceptibilidad se reserva su publicación.
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